sábado, 29 de octubre de 2011

Noche de verbena

Ayer soñé contigo. Era noche de verbena. Y bajo la luna escondida entre las nubes, nos venció el amor. Nos dijimos lo que se había quedado pegado a la piel como una mancha, como un lunar en el vientre, como una uña enterrada que supura en cada cambio de estación. Y nos besamos con la simple consigna del que espera que en la algarabía de una noche de verbena, se anime un pedazo de eternidad y salga con nosotros a la pista a bailar danzón.  






Leonor Azcárate

lunes, 22 de agosto de 2011

Las mil noches y una del escritor

Se la encontró en YouTube en una noche de insomnio. Le sorprendió su cabellera larga y su tímido balanceo sobre el escenario mientras cantaba. Era ella misma, pero metamorfoseada en otra. Tres años que no la veía. Estaba gorda y su rostro reflejaba otros crepúsculos que él no reconoció. Se preguntó:
- ¿Cómo fue que pude escribir una novela mil noches y una sobre los acantilados y vértigos de una mujer que a la vuelta de la esquina se transforma en otra? Perdí tantas madrugadas creando a alguien que iba a cambiar sin aviso oportuno y de manera fatal. -
Después de aquella reflexión, el escritor guardó silencio y dejó de escribir tres semanas. Después- aceptante a cualquier destino-se allegó a su novela y constató que nadie estaba allí.

Leonor Azcárate

jueves, 28 de julio de 2011

El escritor fragata

Se estremeció. Iba flotando entre unas nubes con forma de abanico. Se miró a sí mismo como una fragata perdida en la espuma del cielo. Ni cómo llegar a la orilla para sosegar a las palabras. Deseaba un punto final para el relato que estaba escribiendo, pero soplaba demasiado viento. De marea brava era aquella historia. De un desamor descomunal. Presentía el naufragio, la caída hasta el fondo océano como destino, como esa manera peculiar de habitar la oscuridad junto a los peces ciegos en peligro de extinción.

Leonor Azcárate

jueves, 16 de junio de 2011

El escritor que sueña fados.

Soñó con un Fado. La letra era lo mismo que una intoxicación a nivel de la piel por la abundante bruma. Caminó por las orillas de una playa desconocida y su mirada se enredó entre las alas de las gaviotas. Pero el escritor no alcanzó el vuelo. Estaba sentado con los pies y las manos enterradas en la arena. Un breve olor a aurora lo despertó. Tenía en las manos una revista y Amália Rodrigues a toda página anunciaba una marca de jabón muy conocida.


Leonor Azcárate  

jueves, 2 de junio de 2011

El escritor tuiteando en su blog



No sigas mis pasos.Te descubrí por el movimiento del follaje. Ya ves, el aire sigue siendo mi aliado. 


Leonor Azcárate

El escritor y una noche cualquiera.

  
   Se demoró. Una gripe que no terminaba de salir. Un estallido en los pulmones. Un espasmo en los músculos de no te olvido. Cómo es posible. Son siglos de espera. Pañuelos alrededor de la cama y las sábanas húmedas enredadas entre los pies. Cómo es posible escribir siete frases y después olvidarse de lo que se está hablando... anochece.

Leonor Azcárate.

miércoles, 26 de enero de 2011

El escritor en twitter

Después de escribir durante dos largas noches un discurso de diez cuartillas sobre el Centenario de la Revolución Mexicana, el escritor mandó un fraterno saludo- por twitter- a Bouvard et Pécuchet.




Leonor Azcárate