jueves, 16 de junio de 2011

El escritor que sueña fados.

Soñó con un Fado. La letra era lo mismo que una intoxicación a nivel de la piel por la abundante bruma. Caminó por las orillas de una playa desconocida y su mirada se enredó entre las alas de las gaviotas. Pero el escritor no alcanzó el vuelo. Estaba sentado con los pies y las manos enterradas en la arena. Un breve olor a aurora lo despertó. Tenía en las manos una revista y Amália Rodrigues a toda página anunciaba una marca de jabón muy conocida.


Leonor Azcárate  

jueves, 2 de junio de 2011

El escritor tuiteando en su blog



No sigas mis pasos.Te descubrí por el movimiento del follaje. Ya ves, el aire sigue siendo mi aliado. 


Leonor Azcárate

El escritor y una noche cualquiera.

  
   Se demoró. Una gripe que no terminaba de salir. Un estallido en los pulmones. Un espasmo en los músculos de no te olvido. Cómo es posible. Son siglos de espera. Pañuelos alrededor de la cama y las sábanas húmedas enredadas entre los pies. Cómo es posible escribir siete frases y después olvidarse de lo que se está hablando... anochece.

Leonor Azcárate.