Llegó por Twitter. Balacera en Interlomas. Tres muertos. No salgan si no tienen a dónde ir. Esto sucede en nuestra ciudad un día después de la detención de la La Barbie. Uno de los narcos más buscados. Uno de los más sanguinarios, dice la prensa. Pero no el más poderoso. Y yo, pensando en ti. Una de sus casas de seguridad estaba en Tepoztlán. Ahí no lo encontraron. Ya dije que fue en Bosques de las Lomas. Pero en Tepoztlán las autoridades montaron un operativo fallido meses antes de su captura. Esta vez, la televisión recordó también el hecho en el Estado de Morelos, había que llenar de imágenes la noticia de primera plana, fue entonces cuando creí darme cuenta que esa casa estaba localizada a cien metros de la mía. Quiero decir, reconocí a través de la pantalla de tv, la bugambilia en donde Lou, mi perrita moteada va a orinarse cuando salimos a caminar por los alrededores los fines de semana. Le encanta tallarse el lomo entre los arbustos y correr tras las palomas y los gatos. También me pareció reconocer el muro de piedra que tiene un graffiti y entre la hilera de magueyes pude distinguir los ojos atigrados de La Chamuca, la gatita a la que le falta una pata. Y yo, pensando todavía en ti.
Una casa amurallada que mira al Tepozteco. De quién será, llegamos a preguntar en varias ocasiones, nos gusta conocer a nuestros vecinos, pero no obtuvimos respuesta de los lugareños. Son de unos señores ya grandes que nunca vienen y tienen dos perros xolos, fue la respuesta que me dio un buen día, Virgilio, un comerciante que vende tamales de frijol y de colorin. Son deliciosos. Los hace su mujer, Matilde, que por cierto tiene una mirada muy dura como de lobo porque dicen que por las noches cuando Virgilio se emborracha, le pega. A ella, por supuesto.
En la Navidad del año pasado, en la que pensé mucho en ti, compramos tamales de colorín y nada más por sacarle la plática a Virgilio, le pregunté:
-¿Que hubo un operativo aquí en Tepoztlán?- le dije mientras saboreaba un atole de plátano.
- Pues sí, pero no pasó nada - me contestó con gesto hierático.
-¿Cómo? Iban tras La Barbie, ¿no?-
- Pues sí, pero se les peló.-
-Dicen que tiene una casa por aquí. ¿Usted la conoce?-
-Pues sí, pero está muy lejos, hasta por allá.- Después de decirme esto, Virgilio hizo una pausa y me miró con desconfianza. Luego se animó a hablar:
-La Barbie es bueno. En la posada de este año regaló cinco piñatas y ya metió diez computadoras de las nuevas a la escuela del pueblo. También regaló medicinas a la botica. Es bueno. Es mejor que el gobierno. Habla más congruente que a éste que tenemos de dizque Presidente.
-Bueno- le dije - pero también los narcos tienen lo suyo ¿no cree Virgilio? -
- El está en conciencia de que no es de cristianos envenenar a la gente con la droga. Pero también nos habla mucho de la injusticia que sufrimos todos. Es muy sencillo y tranquilo. Muy buena persona. Muchos del pueblo están con él. Hasta lo ayudaron a pelarse. Imagínese, nomás lo subieron a un caballo y vámonos a las tripas del Tepozteco. Y a ver allá quién lo encuentra.
Y carajo, mientras pienso en ti, me acuerdo de esa Navidad del año pasado cuando me contó todo esto Virgilio, ahora que estoy pensando en ti, La Barbie ya está tras las rejas. ¿Pero qué fue lo que me hizo llegar a esos recuerdos? ¿Fuiste tú? ¿Fue la bugambilia en donde orina Lou? No. Fue Twitter y su mensaje: "No salgan de sus casas. Toda la población tiene miedo". Y mientras voy a otra cosa, voy pensando en ti.
Leonor Azcárate
Una casa amurallada que mira al Tepozteco. De quién será, llegamos a preguntar en varias ocasiones, nos gusta conocer a nuestros vecinos, pero no obtuvimos respuesta de los lugareños. Son de unos señores ya grandes que nunca vienen y tienen dos perros xolos, fue la respuesta que me dio un buen día, Virgilio, un comerciante que vende tamales de frijol y de colorin. Son deliciosos. Los hace su mujer, Matilde, que por cierto tiene una mirada muy dura como de lobo porque dicen que por las noches cuando Virgilio se emborracha, le pega. A ella, por supuesto.
En la Navidad del año pasado, en la que pensé mucho en ti, compramos tamales de colorín y nada más por sacarle la plática a Virgilio, le pregunté:
-¿Que hubo un operativo aquí en Tepoztlán?- le dije mientras saboreaba un atole de plátano.
- Pues sí, pero no pasó nada - me contestó con gesto hierático.
-¿Cómo? Iban tras La Barbie, ¿no?-
- Pues sí, pero se les peló.-
-Dicen que tiene una casa por aquí. ¿Usted la conoce?-
-Pues sí, pero está muy lejos, hasta por allá.- Después de decirme esto, Virgilio hizo una pausa y me miró con desconfianza. Luego se animó a hablar:
-La Barbie es bueno. En la posada de este año regaló cinco piñatas y ya metió diez computadoras de las nuevas a la escuela del pueblo. También regaló medicinas a la botica. Es bueno. Es mejor que el gobierno. Habla más congruente que a éste que tenemos de dizque Presidente.
-Bueno- le dije - pero también los narcos tienen lo suyo ¿no cree Virgilio? -
- El está en conciencia de que no es de cristianos envenenar a la gente con la droga. Pero también nos habla mucho de la injusticia que sufrimos todos. Es muy sencillo y tranquilo. Muy buena persona. Muchos del pueblo están con él. Hasta lo ayudaron a pelarse. Imagínese, nomás lo subieron a un caballo y vámonos a las tripas del Tepozteco. Y a ver allá quién lo encuentra.
Y carajo, mientras pienso en ti, me acuerdo de esa Navidad del año pasado cuando me contó todo esto Virgilio, ahora que estoy pensando en ti, La Barbie ya está tras las rejas. ¿Pero qué fue lo que me hizo llegar a esos recuerdos? ¿Fuiste tú? ¿Fue la bugambilia en donde orina Lou? No. Fue Twitter y su mensaje: "No salgan de sus casas. Toda la población tiene miedo". Y mientras voy a otra cosa, voy pensando en ti.
Leonor Azcárate
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